FIGURA 1.3. Porcentaje de adultos que no realizan ninguna actividad física en su tiempo libre, 2017. (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Datos, tendencias y mapas. Disponible en: https://www.cdc.gov/nccdphp/dnpao/data-trends-maps/index.html).
Una gran parte de la población podría beneficiarse al incorporar algún tipo de actividad física regular como parte de un estilo de vida saludable, ya sea como miembro de un centro de salud o fitness, o de manera independiente. Los entrenadores personales están en una posición ideal para influir en la salud pública en este sentido. A medida que la industria de los centros de fitness continúa creciendo, también lo hará la demanda de profesionales altamente capacitados y certificados para atender las necesidades de sus miembros.
A pesar del crecimiento de la industria del fitness y las oportunidades emergentes para mantenerse activo, las tasas de inactividad siguen siendo altas en Estados Unidos. Solo 1 de cada 5 adultos cumple con las recomendaciones de actividad física y menos de 3 de cada 10 estudiantes de secundaria realizan al menos 60 minutos de ejercicio al día. Actualmente, solo seis estados exigen educación física en todos los grados escolares. A nivel de primaria, seis estados requieren que las escuelas sigan la recomendación nacional de 150 minutos de educación física por semana y solo el 16% de los estados exige que las escuelas primarias ofrezcan recreo diario. En las escuelas secundarias y preparatorias, solo tres estados exigen los 225 minutos semanales recomendados de educación física.
Los costos de atención médica están aumentando exponencialmente, mientras el enfoque médico sigue centrado más en el tratamiento que en la prevención. Al mismo tiempo, las porciones de comida son cada vez más grandes. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la obesidad se ha convertido en un problema en todos los estados. En 2018, ningún estado reportó una tasa de obesidad inferior al 20%, y solo tres estados tenían una tasa inferior al 25%. Los datos muestran que en al menos 30% de los adultos en 31 estados y Puerto Rico fueron clasificados como obesos en 2018. Esto representa un gran cambio desde el año 2000, cuando ningún estado alcanzaba ese nivel de obesidad, y desde 2010 y 2015, cuando 12 y 21 estados, respectivamente, presentaban tasas similares. Además, se observa que la obesidad afecta a algunas regiones más que a otras: los estados del sur presentan la tasa más alta de obesidad con un 33.6%, seguidos por el Medio Oeste con 33.1%, el Noreste con 28%, y el Oeste con 26.9%.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición más reciente, realizada entre 2015 y 2016, el 39.8% de los adultos y el 18.5% de los niños de entre 2 y 19 años en Estados Unidos son clasificados como obesos. Un informe reciente del Mott Poll, que examinó las 10 principales preocupaciones de salud para los niños, encontró que la obesidad infantil, la falta de ejercicio y la mala alimentación ocupaban los lugares 2 y 3, respectivamente. Con tantos aspectos por mejorar en la salud de los estadounidenses, este es el momento ideal para que los entrenadores personales altamente capacitados, con la colaboración de los proveedores de atención médica, lideren el camino hacia una nación más saludable. Participar en actividades físicas puede mejorar la calidad de vida al reducir los factores de riesgo asociados con la morbilidad y la mortalidad. Por lo tanto, uno de los roles clave del entrenador personal es motivar e incentivar a otros a ser más activos.
El Contexto en Latinoamérica
En Latinoamérica, la situación refleja algunos desafíos similares y otras particularidades. Aunque el interés por el fitness y el bienestar ha crecido en países como México, Brasil, Colombia y Argentina, la penetración de centros de salud y gimnasios sigue siendo baja en comparación con Estados Unidos. Por ejemplo, en México, solo el 2.6% de la población es miembro de un gimnasio, mientras que en Brasil el porcentaje es cercano al 4%. A pesar de este crecimiento, los índices de inactividad física en la región siguen siendo elevados. Según la Organización Panamericana de la Salud, el 39% de los adultos en América Latina no cumple con los niveles mínimos de actividad física recomendados por la OMS.
Este fenómeno se ve influenciado por la falta de infraestructura adecuada, altos niveles de obesidad, y el crecimiento de estilos de vida sedentarios en las ciudades. Sin embargo, el interés por el fitness está en aumento gracias a la expansión de gimnasios de bajo costo y la mayor oferta de entrenadores personales. En países como Argentina y Chile, la conciencia sobre los beneficios del ejercicio para la salud está incrementando la demanda de entrenadores personales, que ahora tienen la oportunidad de influir positivamente en la salud pública de la región.
A medida que el sector del fitness sigue creciendo en América Latina, la demanda de profesionales capacitados y certificados en entrenamiento personal también está en aumento. Estos profesionales pueden desempeñar un papel clave en la mejora de la salud, promoviendo estilos de vida activos y ayudando a reducir los índices de obesidad y enfermedades relacionadas con el sedentarismo. Al igual que en Estados Unidos, el papel de los entrenadores personales en Latinoamérica se está volviendo esencial no solo en gimnasios, sino también en programas de bienestar corporativo y comunitario.
Conclusión
En resumen, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica, el crecimiento de la industria del fitness y el aumento de la demanda por entrenadores personales representan una oportunidad importante para mejorar la salud pública. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para combatir las altas tasas de inactividad física y obesidad. Los entrenadores personales juegan un papel crucial en este esfuerzo, motivando a las personas a adoptar hábitos más saludables y activos, independientemente de su ubicación geográfica.